Simon Callery presenta su nueva instalación ‘Contact Painting‘, que se podrá visitar del 9 de junio al 24 de septiembre de 2023 en el Centro de Arte Contemporáneo de Burgos (CAB). Una propuesta en la que el artista se acerca una experiencia directa con el yacimiento arqueológico, con un estilo único que se aleja de la idea de cuadro más tradicional.
Simon Callery
En el límite de la pintura, de la acción y de la instalación escultórica, el trabajo de Simon Callery (Londres, 1960) persigue la percepción emocional reposada, alejada de la velocidad con la que hoy se consume cualquier producto (y cualquier proceso) cultural. En 2003 Simon Callery comenzó a trabajar con arqueólogos especialistas en la edad del Bronce y del Hierro de la Universidad de Oxford.
En excavaciones como Segbury Camp y Alfred’s Castle vertió yeso fino sobre una zanja en las tierras de labranza adyacentes al castro. Una vez seco, el yeso había capturado toda la superficie de creta del lugar, no solo era su impronta negativa. La obra completa se tituló “Trench [trinchera] 10”. Situada en posición vertical se convirtió en un enorme cuadro blanco de tres toneladas de peso que hacía dudar al espectador sobre su autenticidad arqueológica, sobre su validez como testimonio, e incluso sobre su virtud artística.
La constatación de que la tierra revelaba una vida más allá de su superficie inmediata, y la relación que el artista era capaz de trasladar al campo de la pintura, eclosionó de manera nítida durante su participación entre 2013 y 2018 en las campanas de excavación en Moel y Gaer, un castro de la Edad del Hierro cerca de Bodfari, en Gales.
Es la primera vez que de manera conjunta se muestran todas las obras realizadas en ese emplazamiento durante las excavaciones subsiguientes. La zanja, la trinchera de la excavación opera, según Callery, como los dispositivos clásicos empleados para captar el paisaje, como el “velo” de Alberti que permite reducir la escala de lo contemplado y representarla en un lienzo. Callery la utiliza con ese mismo fin, pero acepta que la profundidad espacial de la cata va a provocar un vacío, tanto en lo que se traspone a la pintura como al abandonar el terreno tras retirar la lona.