Nicolás Ortigosa presenta su nueva instalación ‘Obras/Works/2019-2023‘, que se podrá visitar del 3 de febrero al 28 de mayo de 2023 en el Centro de Arte Contemporáneo de Burgos (CAB). Una propuesta en la que propone hacer del espectador protagonista de la obra.
“Hay un punto de inflexión clave en mi trayectoria como artista: la serie Cuadros tapados 2002-2018. Esta serie, conformada por 115 obras, supone el cierre de un ciclo de trabajo que abarcó desde el año 2002 hasta el año 2018, tal y como su título indica.
Es a partir de ese momento cuando inicio una nueva manera de entender el trabajo pictórico y el papel del artista. Es en este instante cuando las preguntas se concentran en una sola: ¿hacia dónde llevar ahora a la pintura?
Durante estos años, las constantes reflexiones en torno a la pintura me han permitido comprender que, el hecho de haber tapado toda mi obra pictórica comprendida entre los años citados, significaba —más allá de concluir con una manera de hacer y entender la pintura— poner en crisis la idea de la pintura misma, y no solo un tipo de pintura determinada o al concepto de pintar. Las obras que presento en esta exposición son el fruto de este tiempo de reflexión.
Estas nuevas obras —tómense estas palabras en un sentido nada metafórico ni eufemístico— dan «un paso atrás» convirtiéndose en sí mismas en receptores del espectador. De este modo se atribuyen el papel de una especie de naturaleza en «segundo plano», puesto que es el espectador, a través del juego, el que adquiere todo el protagonismo. La obra ya no es demiúrgica ni quiere mostrarse imponente y altiva, sino que desplaza su posición dominante hacia el espectador que es el encargado de distribuir los pesos y el valor. Estas estructuras/pinturas esperan pacientes y francas a que el espectador decida activar dicho paisaje por medio del juego interactuando con ellas ayudado de unas sencillas raquetas y pelotas de ping-pong. Pero, es en este proceso interactivo —inducido por la abstracción del juego entre la obra y el espectador— donde se pone en entredicho el protagonismo de ambos. ¿Es el paisaje el protagonista? ¿Es el espectador/jugador el protagonista? Lo verdaderamente importante aquí es el nuevo proceso de abstracción al que la pintura y el espectador se ven sometidos.
En apariencia, este «retroceso», este paso atrás en mi pintura, invita a que las personas ocupen y se conviertan, a su pesar, en centro desde el primer instante que dialoguen con la obra a través del juego.
Sin duda, para mí, estas estructuras/pinturas son sintéticos paisajes donde se reforma el encuentro nunca casual, siempre prefijado y amanerado, entre obra y espectador. Son estos lugares donde la pintura pasa a un segundo plano y se constituye en espectadora de lo que acontece en torno a ella. Su presencia solo emergerá en el instante que se la active mediante el juego. Y es en este proceso donde obra y espectador se funden sin que se perciba el sacramento que se le infunde al contrato entre obra y espectador. Aquí también el espacio expositivo se conjuga en favor de la energía que se despliega alrededor de cada uno de los elementos de la obra: y el espacio en el arte nunca ha sido un elemento menor ni superficial. En el momento que se inicia el juego ya nada parece estar en su sitio: la obra se amolda a la destreza, creatividad, inventiva, sagacidad, talento o intensidad del jugador y el juego; el espectador ha dejado en suspenso su papel contemplativo y el papel que creía debía ejercer al entrar en el espacio expositivo; la sala reverbera a cada golpe, con cada voz, multiplicando los ecos que antes absorbía su callado y frío yeso y despertando y dando volumen sonoro al espacio que siempre se mantuvo silente y dócil; las perspectivas de la obra son incalculables; la experiencia inevaluable. La obra permanece erguida, sí, pero distraída de su solemne cometido. Aquí solo existe la experiencia vívida.
Estas obras proponen una nueva manera de «hacer y entender a la pintura»: persiguen una manera más audaz de «crear a la pintura», en definitiva, buscan «volver a creer en la pintura», partiendo de una nueva emoción y expandiendo su nivel de percepción y recepción.
Por último, en la exposición, junto a estas piezas de gran formato, también presentaré obras en diferentes técnicas y tamaños: dibujo, collage, serigrafía, etc., todas ellas piezas de naturaleza más íntima”.
– Nicolás Ortigosa
Nicolás Ortigosa
Nicolás Ortigosa (Logroño, 1983).Licenciado en Bellas Artes en la Universidad de Barcelona.
Entre sus exposiciones destacan: La Divina Comedia, Sala Amós Salvador, 2014, Logroño, La Rioja. ¿Ornamento=delito?, Bombas Gens Centre d’Art, 2017, Valencia. Galardonado con el premio de la colección DKV durante la feria Estampa 2018. Nicolás Ortigosa: Obras 2002-2019, Bombas Gens Centre d’Art. Comisariada por Vicent Todolí y Nuria Enguita. Exposición individual en la Galería MPA (Moisés Pérez de Albéniz) Dibujos y grabados. 2015-2020. Hiperespacios, Bombas Gens Centre d’Art, exposición colectiva, 2020, Valencia. Comisariada por Julia Castelló, Nuria Enguita, Vicent Todolí.