Expectativas
En el Tribu Festival siempre hay algún grupo que te sorprende.
Durante
La mayoría de los artistas del cartel de un festival contaron con una propuesta única y diferente, y eso es muy difícil de conseguir.
En retrospectiva
No sabemos la suerte que tenemos de que exista un festival como el Tribu en Burgos.
No hay mayor metáfora del Tribu Festival que en medio de la tormenta la música sigua sonando. Bajo la lluvia se celebraron varios de los conciertos de esta edición como los de Gorka Urbizu o María José Llergo, dos de los cabezas de cartel del festival.
En estos diez años el festival ha sobrevivido chaparrones, tormentas, impagos y todo tipo de inclemencias, pero este fin de semana, y a pesar de la lluvia, han podido celebrar su décimo aniversario por todo lo alto. Un festival que ha luchado también contra lo comercial para seguir apostando por el talento, por lo diferente, por los artistas locales y emergentes.
Para este décimo aniversario se recuperaba su carácter de gratuidad y dejaba La Parrala para volver al centro de Burgos. En esta ocasión, con dos escenarios: uno situado en la Plaza Mayor y otro en los Cuatro Reyes, en el paseo Marceliano Santamaría. Una gran fiesta abierta para todos y todas.
Diez años apostando por la música
Si algo se puede sacar del Tribu Festival, es su amor por la música. Por programar un cartel alejado de esos nombres habituales que copan los festivales de nuestro país, buscando el talento, la pasión y proyectos musicales únicos.
El festival comenzaba el viernes por la tarde con la jienese Ángeles Toledano y con la joven artista burgalesa Eugenia, que es uno de los nombres a seguir de la escena musical de nuestra ciudad. Con un talento descomunal y una carrera aún por construir, la burgalesa promete ser una de las artistas de las que más oiremos hablar en los próximos años.
Y si Eugenia es el futuro, sin duda, el presente es El Nido, que daba su único concierto en Burgos de este 2024 ante una Plaza Mayor abarrotada. La banda de folk burgalesa ofrecía un concierto en el que despedía su álbum ‘Refugios a cielo abierto‘, mientras presentaba algunos de sus nuevos sencillos y su nuevo hit ‘TUCUCU‘ en colaboración con el asturiano Rodrigo Cuevas.
Una auténtica fiesta en la que contaron con la colaboración de los donostiarras Nøgen, y en la que hicieron bailar, cantar y saltar a todo el público. Un concierto en su ciudad que les sirvió para consagrarse como una de las bandas del momento.
Gorka Urbizu regresaba a Burgos con su proyecto en solitario
Otro de los nombres destacados del festival fue el de Gorka Urbizu que volvía a Burgos tras la disolución de Berri Txarrak. Lo hacía con un proyecto íntimo y minimalista, sin muchos artificios, pero efectivo y directo. En un concierto donde pudimos disfrutar canciones de su último disco ‘Hasiera Bat‘, pero también otras de sus viejos proyectos como ‘Maravillas‘ o ‘Katedral Bat‘, de Berri Txarrak, o ‘Send Flowers‘, de Peiremans.
También decidió homenajear y devolver el cariño recibido a La M.O.D.A., de los que fue productor en su aclamado álbum ‘Nuevo cancionero burgalés‘, con una versión acústica de ‘Miraflores‘. Un momento mágico que pudo disfrutar junto algunos de los miembros de la banda burgalesa que se encontraban entre el público como un asistente más.
La sencillez descomunal de María de la Flor
María de la Flor inauguraba la sesión matutina del sábado del Tribu Festival 2024. La madrileña se deslizó suavemente por sus canciones, en un concierto en el que desprendía auténtica pasión por la música tradicional. Un concierto en el que nos rendimos ante esa sencillez descomunal de quien vive la música desde dentro, de quien ama la música por encima de todo.
Además, pudimos disfrutar de dos colaboraciones con Diego Galaz y Jorge Arribas, de Fetén Fetén, que la acompañaron sobre el escenario, antes de que les diera el relevo en ese mismo escenario.
Y es que en un festival de Burgos en el que se apuesta tanto por la música de raíz, no podía faltar el dúo burgalés. Fetén Fetén congregó a su legión de fans de todas las edades y, con el sentido del humor que les caracteriza, hicieron su habitual recorrido por el folclore patrio defendiendo la figura de músicos castellanos como el segoviano Agapito Marazuela. Todo ello acompañados de sus instrumentos insólitos y, en esta ocasión, de David ‘El Indio’, batería de Vetusta Morla.
Fillas de Cassandra y cómo revolucionar el folclore
La mayor sorpresa del festival para nosotros llegó el sábado por la tarde con Fillas de Cassandra. Con una propuesta que fusiona la canción tradicional gallega con la música electrónica, arrasaron con todo en un concierto que fue de menos a más y que acabó con una Plaza Mayor bailando y coreando sus canciones.
Más tarde sería el turno de María José Llergo, una de las voces más arrolladoras de la escena musical española. No obstante y a pesar de ser grandes fans de su álbum ‘ULTRABELLEZA‘, su concierto en el Tribu Festival nos dejo un poco fríos. Quizás por las altas expectativas que teníamos puestas en la cantaora que encabezaba el cartel del festival, pero no terminamos de conectar del todo con la propuesta de la artista cordobesa.
Carlos Ares, el mejor cierre para el aniversario del Tribu
El domingo por la tarde, Carlos Ares cerró el Tribu Festival 2024 con uno de los directos más enérgicos, cuidados y conmovedores que hemos disfrutado durante este año. El artista coruñés presentaba en Burgos su primer álbum, una viaje en el que se puede ver su amor por su tierra, por lo rural y por lo artesanal.
El concierto comenzó contundentemente versionando ‘Kashmir‘ de Led Zepellin para enlazar con ‘Velocidad’. De esta manera, el cantante, que lleva meses cosechando los frutos de dicho álbum, fue volando entre los diferentes temas del disco como ‘Rocías‘, ‘Cigarra‘ o ‘Aquí todavía‘, para dejar atónito a un público que se rendía ante la energía que desprendían sobre el escenario.
Un concierto que apenas duró 45 minutos y en el que el público se quedo con ganas de mucho más, por lo que decidieron salir de nuevo para volver a tocar ‘Peregrino‘, tema que da nombre al disco. Lo hacían sostenidos sobre un público que coreaba la canción a puro pulmón y que servía para poner el broche final a la décima edición del Tribu Festival.
Si tuviéramos que poner un ‘pero’ al festival, quizás fuera la ubicación del escenario situado en los Cuatro Reyes, que se quedó pequeño en gran parte de los conciertos. No obstante, no podemos poner pegas a un festival donde casi la totalidad de los artistas del cartel tienen un proyecto original y único, aunque luego puedan gustarte más o menos sus propuestas.
Con todo ello, el décimo aniversario del Festival Tribu fue una auténtica fiesta de la música. Un festival que lleva diez años apostando por lo diferente, por el talento, por lo local; con una organización que lleva diez años metiéndose en marrones para acercar la música a todos los burgaleses.