Memocracia está viviendo uno de esos momentos que todo grupo soñaría cuando empieza a tocar. La semana pasada actuaba en las fiestas de San Pedro y San Pablo en su ciudad natal, ante un público entregado y junto a Desakato, una de las bandas por las que empezaron a tocar hace ya 8 años. Además, este fin de semana actúan en el Mad Cool Festival tras ganar su concurso de talentos.
Y es que la banda burgalesa está en un momento dulce, pero sigue con las cosas claras y con la filosofía que les ha caracterizado desde su inicios: trabajar, mejorar y darlo todo sobre el escenario. Es probable que actuar en el Mad Cool sea uno de los conciertos más importantes como banda, pero tras terminar el concierto, desmontarán y pondrán rumbo a Villarcayo para actuar en uno de los tantos festivales que se celebran en nuestra provincia. Y es que eso es lo más Memocracia.
Gabriel Román, batería de la banda, abandonó Madrid hace unos años para volverse a trabajar al campo junto a su padre. Una cercanía con el campo y con Burgos que la banda burgalesa ha llevado por bandera en sus canciones. Una filosofía que les ha llevado a organizar conciertos y giras rurales por toda la provincia burgalesa.
Hablamos con Román sobre todo lo que están viviendo como banda, sobre sus inquietudes dentro de la música y sobre cómo ha cambiado todo con lo que están viviendo en estos momentos.
El sábado actuáis en el Mad Cool Festival, uno de los festivales más importantes de España, supongo que hace unos meses no esperábais actuar allí, ¿qué significa este concierto para vosotros?
Significa que con actitud y ganas las cosas acaban llegando.
Lo que tú dices, no nos lo esperábamos. Salió el concurso y nos apuntamos porque vamos a todo desde que hicimos el grupo. Fuimos completando las fases. El concierto lo llevábamos todo muy preparado, muy ensayado y cuidado, nunca sabes lo pasará, pero al echar la vuelta atrás dices nos lo hemos ganado.
Hemos dado el callo y, al final, es una valoración de tu trabajo y una oportunidad de tocar en un festival grande que siempre mola y te viene bien. Luego dices “¿qué hiciste con el grupo?”, pues entre otras cosas fui a tocar aquí que cuando hicimos el grupo ni nos lo imaginábamos.
Tocáis el sábado a las 18:45h, ¿qué vais a hacer para convencer al público del festival? Porque seguramente no os conozcan y no creo que vayan al Mad Cool para ver punk.
Lo mejor que podemos hacer es tocar de puta madre y dar un conciertazo. Como llevamos tocando y ensayando mucho, vamos con mucha confianza. También vamos con Jesús en la parte técnica, así que va a sonar de la hostia.
Nuestra propuesta, aunque igual no te mole el punk, si te mola la música, sí que puede interesarte. Como mezclamos diferentes géneros y en España, yo creo que hay pocos grupos que mezclan como nosotros y que tengan nuestro rollo, a alguien que vaya por la música, que en el Mad Cool yo creo que habrá gente que vaya a ver grupos porque les guste la música, igual nuestra propuesta sí que les encaja.
Ese mismo sábado en la madrugada tocáis en el Dolmen Music Fest de Villarcayo, ¿esta es un poco la filosofía de Memocracia? Mucho curro y que vayan saliendo las cosas paso a paso, porque en un concierto tan importante vais a tener que desmontar e iros.
La opción más Memocracia es esta, hacer las dos cosas.
El concierto del Dolmen lo teníamos cerrado desde noviembre y lo del Mad Cool salió un poco que no nos lo esperábamos. Pero, nuestra filosofía siempre ha sido ir a todo y tenemos principios, por ello nunca hemos cancelado un concierto y una vez que está algo cerrado siempre vamos. Así que nos costaba mucho decir que no al Dolmen y estuvimos con mucha tensión porque no nos acababan de decir el horario del Mad Cool hasta bastante tarde y, claro, el Dolmen necesitaba también saber qué pasaba.
Al final lo hemos podido cuadrar. Mucha gente diría: “Bua, me quedó en el Mad Cool, me veo a los Red Hot Chilli Peppers, estoy ahí emborrachándome y de fiesta”, pero al final lo más Memocracia es esto y es nuestra filosofía. Creemos que un grupo debe guiarse por sus valores y sus principios y en este caso estaba claro lo que había que hacer.
¡Va a ser una locura! Es nuestro primer doblete.
Hace una semana tocasteis en las fiestas de San Pedro y San Pablo junto a Desakato y tú mismo decías que era una banda con la que empezasteis a tocar muchas canciones cuando formasteis la banda, ¿qué ha supuesto ese concierto? Además, había bastante público y ya tocasteis en ese mismo escenario el año pasado, ¿habéis notado un cambio respecto al año anterior?
Una locura. Mucho agradecimiento, lo primero de todo, a todo el equipo Andén y en especial a Cholo por tenernos en cuenta y organizar todo eso.
Cuando haces muchas cosas y estás trabajando todo el rato con muchas cosas en la cabeza, no te paras a pensar en todo lo que está pasando. El día de Desakato creo que fue un momento de decir “Chavales, hemos empezado tocando canciones de un grupo nacional que nos ha influenciado mucho y ahora estamos tocando con ese grupo en las fiestas de nuestra ciudad”. Merece la pena todas las horas metidas, todo el esfuerzo, el sacrificio y a nosotros nos llena la hostia todo este tipo de cosas porque damos la vida por el grupo y cada vez que viene algo de esto, lo disfrutamos muchísimo.
El año pasado estuvo guay, pero este año con Desakato y el público, que también lo notamos que estaba súper entregado, súper contentos. No puedo decir otra cosa.
“Poco se habla, pero en una banda no es todo ensayar, hay una parte importante que pasa por aprender a estar bien en el grupo.”
El año pasado lanzabais ‘Qué alguien haga algo’ que era vuestro segundo álbum y os ha traído muchas cosas bonitas. El Mad Cool, telonear a La M.O.D.A. en La Riviera, gira por pueblos de Burgos y por diferentes localidades de España… ¿han cambiado vuestras expectativas como banda a día de hoy de las que tenías antes de sacar el disco?
Desde ‘Ha partido’ en 2018-2019 empezamos a intentar mejorar todo lo que podíamos de tocar, de redes, de profesionalidad. Sí que es cierto la pandemia supuso un parón. Este disco lo grabamos en 2020, estábamos en plena pandemia y no podíamos sacarlo ahí.
Después de grabar el disco hicimos un parón porque acabamos con la cabeza reventada de todas las horas que metimos y fue un proceso de reagruparnos y hablar. Decidimos que en 2021 volvíamos a arrancar otra vez y a decidir las cosas y cómo las íbamos a hacer. Vamos a sacar el disco en 2022 y a intentar darle un rollo más profesional al grupo. Nos juntamos, lo hablamos y dijimos vamos con todo.
Nos organizamos, nos repartimos tareas, intentamos ensayar todos más de lo que estábamos ensayando y cuadrar todo bien para subir todo lo que pudiéramos. Al final, si una banda quiere subir, tiene que currar mucho. A no ser que seas hijo de alguien, yo creo que el único camino es mejorar las redes, la imagen, el sonido, los ensayos, las relaciones entre los miembros del grupo.
Poco se habla, pero en una banda no es todo ensayar, hay una parte importante que pasa por aprender a estar bien en el grupo. Si estás bien en el grupo, curras más a gusto y no te importa si tienes que meter doce horas.
“Alguien te escucha gritar y se asusta aunque la instrumental este guapa o la letra pueda molar”
¿Creéis que es fácil hacerse un hueco en festivales o salas haciendo punk?
Claro, esto es un tema complejo porque los festivales, al menos los grandes, tienen los huecos ya asignados y tienes que estar en discográficas, con managers o mover mucha gente. Lo que pasa es que cómo vas a mover mucha gente si no se te dan oportunidades. Es un poco la pescadilla que se muerde la cola.
Lo guay nuestro, lo que notamos, es que aunque a la gente no le mole mucho el punk, como lo damos todo, lo vivimos mucho y nos lo curramos, yo creo que la gente lo nota. Hemos enganchado siempre a mucha gente que no sabía lo que era un pogo, que no sabía qué era un concierto así más cañero y ha venido al concierto y nos han dicho: “Qué guapo ha estado. Cómo mola.”
Lógicamente sí que hay complicaciones, sobre todo para que te escuche la gente. Alguien te escucha gritar y se asusta aunque la instrumental esté guapa o la letra pueda molar, y lo entiendo porque es normal. ¿Ha habido complicaciones en ese sentido? Lógicamente sí, no te vamos a mentir.
Al final, si tienes ganas y energía, vas sacando cosas. En salas nos montamos la gira autogestionada entre Memocracia, Santa y Yisas, que son parte de la familia. Problemas, que te ponen alquileres, gasolina… Hubo algún bolo que palmamos y otros que sacamos dinero porque en Valladolid y Madrid sí que tenemos algo de fanbase.
Sabemos que los festivales son la hostia, son necesarios y muy guapos, pero el problema es que la gente va a un festival, se gasta 1000 euros y luego ya no va a ninguna sala. Igual va a la sala, pero solo a ver al grupo que está en Los 40 o a los famosos. Entonces los grupillos que estamos ahí emergentes, pues nos afecta. Encima si haces punk…
También diré en nuestro favor, que en la escena madrileña parece que ha vuelto un poco la energía, ha vuelto la caña. La batería y los instrumentos han vuelto, que parecía que el trap iba a acabar con todo. Eso nos viene bien a todas las bandas. Esperemos que siga así porque creo que se disfruta más un concierto tocando la gente y dando un poquito de caña.
“Vas intentando subir escalones, intentando subir niveles y subir la apuesta”
Desde Memocracia os gusta montároslo por vuestra cuenta. Habéis montado vuestras propias giras, conciertos en pueblos, festivales, ¿esa es también la filosofía de Memocracia? Intentar sacaros las castañas por vuestros propios medios.
Empezamos el grupo y tienes que hacer 360, como toda empresa. Tienes que encargarte de todo, no tienes dinero para delegar nada a nadie. Empezamos haciendo conciertos al principio porque nos molaba y si no es que no tocábamos.
A medida que la cosa fue a más, muy poco a poco todo vas intentando subir escalones, intentando subir niveles y subir la apuesta.
Dijimos “vamos a juntar todos los carteles en un mismo cartel, vamos a contratar a alguien para el diseño”. Aquí tengo que incluir a Abel (@abelmarlo_ en Instagram), que nos hizo todo el diseño de ‘Qué alguien haga algo’ y ahora está Vicky (@vicxalosno en Instagram), que también nos está pegando un curro de la hostia y que han sido fundamentales.
Porque una cosa es lo que haces y otra cosa es la percepción de la gente de lo que haces, podríamos hacer todo lo que hemos hecho, pero sin la percepción de la imagen de puta madre que nos han hecho estos dos diseñadores, no se hubiera percibido igual.
La filosofía de Memo siempre ha sido intentar hacerlo todo nosotros. Por un lado por el dinero, porque no tenemos dinero para contratar a alguien, por otro lado, porque aunque tuviéramos dinero preferimos currárnoslo nosotros porque así tomamos las decisiones sobre cómo se va a hacer el evento, qué grupos van a estar, cuál va a ser la filosofía del evento, cómo se va a repetir el dinero entre los grupos. Nosotros tomamos las decisiones, nosotros tenemos el poder, nosotros tenemos el control, entonces somos libres. Cuando dependes de alguien, te quita libertad, y cuando lo haces tú todo tienes la libertad de hacerlo cómo tu quieres.
En nuestro caso, a parte de en Memocracia, estamos en un grupo de amigos muy potente, con mucha gente con muchas ganas que siempre nos hemos ayudado los unos a los otros, y así poco a poco, hemos ido construyendo las giras, los conciertos, todo.
Vuestros amigos son muy importantes para vosotros, y así queda plasmado en vuestras canciones, ¿qué significan para vosotros?
Es una familia. Es algo que no cambiaríamos por nada. Si me preguntas lo que más me llena de Memocracia no es el Mad Cool ni ninguna cosa de esas, es la amistad y la familia que hemos hecho. De verdad que no lo digo por venderme ni por quedar bien.
Memocracia ha sido un punto de unión para nuestros colegas, sobre todo al principio, a través de los conciertos y nos han ayudado muchísimo, es algo que no tiene precio y que siempre estaremos en deuda y agradecidos.
El haber podido construir eso y nosotros de vez en cuando poder devolverles algo, es de las cosas más significa para nosotros a la hora de tener un grupo y la que más ganas nos da a la hora de seguir adelante.
También nos han ayudado en los momentos jodidos. Al final, en un proyecto hay veces que dudas, entonces tener a gente así te hace tener la energía y la confianza para en los momentos jodidos decir: “Pero, está esta gente aquí, será por algo. Me cago en diez, vamos a seguir”.
Sin Memocracia, igual está familia no se hubiera podido crear tan bien, porque los conciertos servían de punto de encuentro en los que hablábamos de lo que nos pasaba, sobre todo antes. La verdad es que muy bonito todo.
Tu vivías en Madrid y te decidiste volver al pueblo a currar en el campo. Además, Burgos es otro lugar que también tiene mucha importancia para vosotros, ¿qué es Burgos para Memocracia?
Al igual que la gente con la que hemos estado creciendo, nuestros amigos, nuestra familia, nuestra tierra también ha estado muy vinculada. Al principio, los primeros pasos de la banda los dimos aquí, tanto en las Musas, el Andén, Pentasa, el Castillo.
Más allá de quedar para beber, eran lugares en los que hablábamos todo lo que queríamos cambiar, lo que queríamos hacer. Siempre hemos tenido muchas inquietudes. Hemos sido muy románticos, quizás. Era el escenario Burgos donde desarrollábamos los planes de acción, las metas, los miedos. Todo lo que queríamos conseguir y dónde ensayábamos, bebíamos, estábamos los unos con los otros.
Al final yo creo que también tú donde naces es más fácil que vincules, es algo normal. En nuestro caso, los pueblos nos han ayudado a crecer, nos han dado espacio, nos han tratado bien. Burgos nos ha cuidado bien. El ver qué escena hay aquí, cuánta gente hay con ganas de hacer cosas más allá de nuestro grupo de amigos, de movida, y también pensar, aunque sea útopico, teniendo ya a La M.O.D.A., Rober del Pyro o Victor Rutty un poco más en cabeza: “Joder, hay que meterle caña a nuestra tierra, hacer cosas aquí porque no es imposible.” Se puede llegar a gente, pueden ir a conciertos, pueden pasárselo bien en ellos, podemos crear un movimiento, no hace falta irse a Madrid.
Cuando haces las cosas necesitas encontrar un sentido. Para nosotros tiene mucho más sentido hacer cosas aquí en Burgos que igual en otro lugar. Por lo que te digo, igual porque estás más vinculado aquí y ya está.
Con el pueblo como mi padre lleva cuarenta años en el campo y toda la vida agricultor, su familia igual, pues yo siempre lo veía y yo acabé un poco cansadillo de estudiar y de Madrid y demás. Surgió la oportunidad y dije “Voy a probar un poquito” y la verdad es que estoy contento. Es otra vida, pero me viene bien para la cabeza y es bonito estar ahí en la naturaleza. Además, lo puedo compatibilizar con el grupo, que es importante. Igual me pego tres días de doce horas al día currando en el campo, pero luego libro cuatro.
Para acabar, una última pregunta que he leído muchas entrevistas y me ha extrañado que nadie os la ha hecho, ¿quién coño es Macaro?
(risas) La verdad es que es una historia un poco larga, ya te he dicho que somos muy románticos y muy filosóficos.
Macaro somos todos.
A ver, que tengo que poner palabras a lo que siento. Todas estas movidas de quedar con nuestros colegas que notábamos que conectábamos mucho que teníamos inquietudes. Dentro de esas ideas utópicas y de cambio, nació la figura de Macaro.
Macaro viene de Mario a nivel morfológico, pero más allá de eso, nos hacia gracia la pronunciación, a mí sobre todo. Siempre quedábamos y decía “¿Qué tal Macaro?” y al final se lo pegaba a estos y se cagaban en mí.
Acabo convirtiéndose en esa persona o en esa movida que queríamos conseguir. Hace cuatro años estábamos imaginando lo que estamos consiguiendo ahora: giras, montar conciertos, mover la movida, traer a grupos, ayudar a toda la gente que podamos, llevar toda nuestra capacidad al máximo nivel. Macaro era como esa utopía de conseguir eso y un poco la coña, Macaro, ¿sabes?
Al final se hizo realidad y hemos ya organizado la Noche Blanca, toda la gira de los pueblos, este verano más, el Jinga Fest el 16 de septiembre y ahí estamos dándole caña para que Macaro llegue a lo más alto.