Ambas comparten nombre y dúo profesional. María Jesús Gutiérrez y María Jesús Hernando, mejor dicho Chus y Maje, llevan más de dos décadas sobre los escenarios como Las Pituister. Este dúo de payasas burgalesas comenzó su andadura en a principios de los 2000 y desde entonces han tenido la suerte de no parar de actuar y poder dedicarse a la interpretación.
Durante estos años han creado diferentes obras y espectáculos, y es que, para ellas, desde el humor se construye todo mejor. Hablamos con ellas sobre su carrera, sobre que les hace reír o cómo el humor puede cambiar el mundo (o al menos intentarlo).
Lleváis más de 20 años haciendo el tonto juntas, como os gusta decir, ¿os cansáis la una de la otra?
Ambas: Sí
Chus: Nos cansamos porque es intenso. Hay periodos de tiempo, incluso años, en los que jolín, te cansas por el roce.
Maje: Son muchas horas… Luego también la vida pasa. De quién éramos cuando empezamos a ahora… La vida cambia a todos los niveles, las relaciones, lo que se incorpora a tu vida, lo que sale, lo que entra, en su vida unas cosas y en la mía otras. A veces es como un matrimonio, así que vamos a remar porque no podemos dejar que esto se hunda.
¿Nunca os habéis planteado cambiar de pareja artística?
Maje: No, eso no. Es más, hemos probado alguna vez a trabajar con alguien más y no nos entendíamos tan bien.
O sea que solo podéis ser la una con la otra.
Maje: Sí, sobre todo yo.
Chus: Sí, ella más.
Maje: Ella es más dúctil.
Vosotras trabajáis todo sobre texto, ¿cómo es el proceso creativo detrás de un espectáculo?
Chus: Ha habido diferentes procesos. El primero que hicimos fue ‘Ni más ni menos’.
Maje: Por aquel entonces no teníamos ni nombre.
Chus: Sacaron un concurso de Servicios Sociales, cuando aún no había Concejalía de la Mujer en Burgos, y querían algo sobre igualdad de género.
Maje: Sí, nosotras presentamos una propuesta para hacer 8 funciones por Burgos en la calle y nos la aceptaron. Y en ese momento dijimos “ahora lo tenemos que montar”. Entonces, en este caso, nos venía dado.
Chus: Luego en el siguiente, el de ‘La sopera y el cazo’, nos basamos en un cuento que nos gustaba mucho. Mariaje es siempre la que escribe, y abstrayendo un poco la historia sacó el espectáculo. Luego hemos hecho más por encargo, como ‘Por mí y por todos mis compañeros’, que vino por una ONG que quería hablar sobre refugiados.
Maje: Normalmente escribo yo pero, somos pareja artística desde hace muchísimos años, así que, cuando yo escribo, pienso en qué cosas ella hace y a mí me cuestan más, y viceversa.
Igual que cuando ella lo lee después, ve mucho más de lo que hay escrito. Es capaz de ver el hilo de pensamiento que me ha llevado hasta ahí.
Chus: Y en otra ocasión después de ver ‘Ni más ni menos’, que habla sobre los roles de género, nos dijeron ‘¿Oye y por qué no habláis sobre la violencia de género?’ un poco en la misma línea, con el mismo humor.
Maje: Y de ahí salió ‘Que contamos cuando contamos’. En un primer momento fue un reto porque ponte tú a hacer humor de la violencia de género. No sabíamos cómo hablar de ello desengrasando, pero que a la vez queden cosas sobre la mesa.
Salió ese espectáculo en el que hemos notado como sociedad que vamos avanzando, aunque muy poco a poco. Cuando empezamos con este espectáculo hace años, al hacer la parte de “estos son los roles de género masculinos y estos los roles de género femeninos”, teníamos que ir muy despacio porque la gente no sabía qué era aquello de los roles.
Todo ha ido mejorando.
Maje: El oído sí, los cerebros no lo sé.
En estos 20 años habéis hecho de todo, espectáculos para adultos, para niños, presentar galas, pregones…
Maje: (resopla) Los pregones han sido muy divertidos. Digo divertidos por no…
Chus: Hombre, han sido divertidos.
Maje: Bueno, son honoríficos. Me he pagado dos letras de la hipoteca con ellos. He ido y he dicho “mira, tengo aquí estos dos honoríficos…”
Chus: Es que eres muy materialista. A mí me hace ilusión.
Maje: ¿Sabes qué pasa? Tú montas una actividad artística para recaudar fondos. Pagas la sala, los técnicos, los que abren y cierran la puerta, las camisetas para la gente… A los únicos que se les pide que hagan el trabajo gratis es a los artistas. Entonces a nivel profesional, pues no, no me gusta.
Ahora no porque ya estaremos muy vistas, pero hubo un momento que tuvimos que cerrarlo a dos al año porque era un no parar. Ya no es que pierdas dinero, es que eres competencia desleal hacia ti mismo.
“Si viniera alguien ahora y me preguntara ‘Oye, ¿cómo hago para empezar?’ le diría que no tengo ni idea.”
¿Es fácil vivir de ser payasa?
Maje: Nosotras lo hemos conseguido. También es verdad que el espacio donde hemos trabajado, el circuito donde nos hemos desarrollado y del que hemos vivido ahora mismo no existe. Si viniera alguien ahora y me preguntara ‘Oye, ¿cómo hago para empezar?’ le diría que no tengo ni idea.
Chus: Porque han cambiado mucho las cosas, es diferente. No sé si ha sido difícil. Ha habido épocas en las que ha sido más duro, pero a nosotras, por suerte o por desgracia, nunca se sabe, no nos ha faltado nunca trabajo.
Ha habido una época en la crisis esta fuerte que sí es cierto que no había nada, ahí todos hemos ‘pringao’ un poco.
Además, nunca hemos tenido un departamento fuerte de distribución de espectáculos, sino que ha sido un poco ‘boca a oreja’ lo que ha ido creando ese circuito.
Maje: No somos una compañía de gran caché, así que no ganamos mucho dinero por cada bolo que hacemos, pero también es verdad que no hemos sido una compañía que hayamos generado deudas. Entonces hay una parte de amortización y es que nosotras con hacer una función nos sobraba dinero.
Chus: Bueno, no tanto.
Maje: Quiero decir que éramos muy ‘yo me lo guiso, yo me lo como’. También porque teníamos mucho equilibrio entre nosotras y teníamos muy claro el objetivo. Entonces nunca ha habido problemas de ego ni nada.
Claro, está el humor andaluz, el humor catalán, pero el castellano no se conoce, no se nombra.
¿Creéis que Burgos es buen lugar para hacer comedia?
Chus: A nosotras sí que nos va bien, ¿no? (Risas) Quiero decir, que la gente nos entiende y le gusta.
Maje: Yo no soy nada nacionalista, no me gusta ninguna nacionalidad, pero soy defensora de que los castellanos tenemos un tipo de humor muy concreto. Ácido, con segundas, muy picadito para que te lo lleves a casa, eso es muy castellano. Lo que pasa que no se conoce fuera de aquí porque no tenemos identidad cultural.
Chus: Claro, está el humor andaluz, el humor catalán, pero el castellano no se conoce, no se nombra.
Maje: No nos vamos a comparar, pero Leo Harlem por ejemplo es de Valladolid y su humor es de este tipo, ácido y picadito. Eva Hache es de Segovia y lo mismo, picadito que te lo endiño.
Chus: Óscar Puente también es de Valladolid.
Maje: Con esto nos reímos mucho porque cuando hizo la réplica a Nuñez Feijóo, yo escuchaba en los medios “es que está siendo muy duro” y yo le decía a Chus: “es humor castellano lo que está haciendo”. Es castellano puro, de “¿Quieres otra tacita? Pues toma”. La estructura es tal cual. Y no hablo de izquierdas ni de derechas, hablo de que es humor de aquí.
Chus: ¡Y le tachaban de faltón!
Maje: Fíjate, de faltón, y dices pues no, es humor castellano. Escúchalo y verás.
Chus: Es solo que no estamos acostumbrados.
Maje: Claro, hay otros tipos de humor que los envolvemos en que es gallego, andaluz o el que sea, y entonces no es faltón. Porque lo hemos metido en un marco que todo el mundo entiende. Lo relacionamos a una identidad.
Chus: Pero en Castilla, no tenemos identidad. Parece que no tenemos humor.
Para demostrar que sí hay humor, de Burgos y femenino además, organizáis el Festival Mujeres con Narices, que lleváis ya seis ediciones.
Chus: O siete
Maje: Es que lo llevamos como nuestra carrera profesional, a trompicones.
¿Qué significa este festival para vosotras?
Maje: Para ti Chus, porque es tu niño.
Chus: Nació hace… ¿siete?, igual ocho años, con la necesidad de ver más mujeres payasas en el escenario porque no había mucho y, sobre todo, para que el público se acostumbrara a ver este tipo de humor porque cuando lo ves en un festival tiene una lectura, pero cuando lo sacas de ese festival y lo traes aquí ves que el público no reacciona de la misma manera.
Esto es porque no estamos acostumbrados a ver mujeres payasas o mujeres haciendo un humor que es su humor.
Maje: Lo que les sale del Pepe.
Chus: Veíamos que muchas veces, al principio sobre todo, el público se escandalizaba de lo que estaban contando en el escenario y no estaban diciendo nada desorbitado, estaban contando su humor.
Maje: Estamos muy acostumbrados a que salgan señores y nos cuenten cosas de su polla, y de jrepente sale una tía y dice “vagina” y la gente se ruboriza.
Chus: La gente reacciona con un “¿Qué está diciendo?”. Entonces teníamos muy presente la necesidad de que como público nos acostumbráramos a escuchar esto para que luego pudiéramos escucharlo sin este prejuicio, soltando la silla, sin estar agarrados. Y después ya decidir si te gusta o no.
Maje: Eso es, que no tiene por qué gustarte.
Chus: Claro, puede ser igual de bueno o igual de malo pero al menos poder verlo sin el prejuicio.
El festival nació con este objetivo y más tarde quisimos que fuera un festival más cercano, más nuestro y participativo y surgió ‘Me parto el Pepe’, los premios de Mujeres con Narices a mujeres anónimas.
Maje: La esencia es estar orgullosas de ser de provincias.
Chus: Sí, el primer año nos escribió gente de fuera para los monólogos, gente que se dedica a ello, y tuvimos que rechazarlo.
El objetivo era gente de aquí, cercana, con poca o nula experiencia, para dar la posibilidad a esas mujeres que de repente se suben a un escenario y dicen “oye, que sí que puedo”. Y ya no solo poder sino ser referente de otras que te ven y dicen “qué guay, yo también quiero”.
Maje: Es que muchas veces, como no vives en Madrid te crees que no puedes hacerlo, y no hace falta, puedes hacerlo aquí.
¿Creéis que hay más cómicas en Burgos de las que conocemos?
Chus: Por supuesto, y en muchos sitios.
Maje: ¿Mujeres con cosas que contar y que saben hacerlo con humor? Tiene que haber muchísimas. Si con nosotras han estado diez y lo miramos estadísticamente, tiene que haber muchísimas.
Tú decías que tienen una buena pedrada en la cabeza
Maje: Sí, totalmente. La una es naif, la otra es más bruta, la otra más dulce… cada una su historia. Es bonito ver cómo las que se han quedado, que no nos las quitamos ni con agua caliente, han ido creciendo. Cómo evolucionan, le añaden o le quitan al texto.
Chus: Eso es muy interesante, ver cómo van aprendiendo.
Maje: Es muy divertido y lo pasan muy bien. También sufren, porque ponerte en un escenario tú sólo tiene tela. Están haciendo lo más difícil, salir solas.
¿A vosotras os ayuda salir juntas?
Maje: Esto al final es energía, está la energía del público y la del escenario.
Si sois dos, la energía del escenario está contigo, solo tienes que ganarte la del público. Pero cuando sales sola eres tú y tu energía, no tienes a nadie que tire de ti.
En el teatro también hay que tener claro dónde está la línea de lo que es información, opinión y adoctrinamiento.
En varios de vuestros espectáculos siempre hay una capa de crítica social, ¿creéis que el humor facilita hablar de ciertos temas que sino serían tabú?
Chus: Sí, nosotras es el lenguaje que hemos utilizado para hablar de ello. Yo creo que a nosotras sí nos lo facilita.
Sí que es cierto que ha habido veces, que cuando hemos ido a hacer espectáculos en el Día de la Mujer hay cierto miedo de la gente que va a venir, pero luego se van riendo.
Hablamos con las organizadoras y nos dicen que claro, el público está acostumbrado a ver estos temas encima del escenario con mucha crudeza y realismo en propuestas teatrales. De repente ven que pueden ver ese tema disfrutándolo y riéndote, de forma más liviana, pero con el mismo mensaje.
Maje: En el teatro también hay que tener claro dónde está la línea de lo que es información, opinión y adoctrinamiento. Las líneas son muy finas y hay que tener cuidado.
Ha habido veces que nos han invitado a quedarnos a hablar del tema después del espectáculo y siempre hemos dicho “si queréis nos quedamos a hablar, pero nosotras no somos agentes de igualdad, somos actrices”. Claro que me informo y me baso en experiencias para crear el espectáculo, pero no estoy profesionalmente preparada para gestionar según qué preguntas que pueden plantearse.
Chus: Mariaje sí que tiene una cosa muy buena, que extrae de la realidad con mucha objetividad. Luego evidentemente tiene su opinión, pero está ahí, no está en el espectáculo. Te lo presenta objetivamente y te lo deja ahí para que tú lo pienses y le des una vuelta.
Maje: Nosotras no damos lecciones de nada. Prueba de ello es que muchas veces hacemos espectáculos con falsos finales.
El que tenemos de las ‘Emprendedoras’ en el que lo que hacemos es buscar trabajo, montamos una empresa y al final lo que hacemos es arreglar el mundo que está roto.
Cuando preparamos el espectáculo decíamos “es que yo no puedo arreglar el mundo”, entonces arreglamos hasta donde podemos y Chus extiende una receta donde dice “mira, los próximos años tras la operación hay que hacerle esto y esto” y yo le pregunto si ya está curado y ella dice “no, no, veremos cómo evoluciona”. Esto es dejar que sea el público el que coja esta información que ha captado, y la que le hemos colado y no se ha enterado, la procese y actúe como crea.
En ‘Por mí y por todos mis compañeros’, el de los refugiados, lo hicimos para una ONG. La gente nos venía llorando porque había cosas del espectáculo con las que se sentían identificados, a pesar de ser un espectáculo de humor que hacemos con nariz.
Lo hacemos como payasas porque puedes tirar y desengrasar, ir midiendo, pero el runrún que te queda en la cabeza está ahí. Para mí es el mejor espectáculo que hemos creado, pero también lo sudamos mucho.
Fue un tema muy duro de abordar, nos costaba hasta documentarnos de lo duro que era el tema. Sí que es un espectáculo que normalmente, cuando acaba, la gente tiene necesidad de venir y hablarlo, y eso que solo lo tocamos por la superficie.
Chus: Sí pero nada dulcificado. Se ve claramente de lo que estás hablando y el imaginario de cada uno completa la información.
Maje: Es que hay partes del camino que tiene que hacer un refugiado que no podríamos tratar. Habríamos tenido que ir a la psicóloga y no habríamos salido de allí.
Para acabar, ¿quién o qué os hace reír?
Chus: Nos reímos mucho, yo me sigo riendo mucho con ella.
Maje: A veces, vamos a ver espectáculos, comedia, pero nunca juntas. A veces tienes el día bueno y a todo le encuentras el humor, y otros días el chip de la cabeza no se enciende porque el mundo está muy feo y muy gris. Muchas veces para verlo con humor, hay que remar mucho.
En mi vida ha habido épocas en las que he visto que me flojeaba el humor y entonces me ponía ‘Los Simpson’, que me enchufan directamente con él. O ‘Aquí no hay quien viva’ también.
Chus: ¿’Aquí no hay quien viva’ te gustaba?
Maje: ‘La que se avecina’ no eh, ‘Aquí no hay quien viva’. Porque había capítulos que me reconectaban con la parte de mi cerebro de humor, al ver según qué chorradas.
Chus: Nosotros en casa también vemos ‘Los Simpson’ y ‘El Intermedio’. Me gustan mucho Berto Romero y Andreu Buenafuente también.
Maje: También Eva Hache y Leo Harlem, que me parecen brutales de buenos.
Chus: Leo Harlem es un valor seguro.
Maje: Yo es que empatizo con ese humor
Chus: Además, ha ido adaptándose con el tiempo y tiene muy claro su estilo.
Maje: Al final lo hace muy bien porque habla de la sociedad, de lo que ve en el mundo. Hay una cosa con la que tiene mucho cuidado y que es muy importante en el humor. No hace humor de lo que ha ocurrido ayer, porque entonces mañana ya estaría caducado. Si quieres que un espectáculo dure no puedes hablar de cosas inmediatas.
En ‘El Intermedio’ por ejemplo hacen “trampas”, primero te ponen la noticia y luego te hacen el chiste sobre ella. Para que no tengas ni que recordar la noticia. Pero claro, en un escenario no tienes esa baza. No puedes decir “les voy a hablar de esto, ¿se acuerdan que un día ocurrió tal cosa? ¿Y esto otro se acuerdan? Bueno pues ahora ya podemos empezar”.
Chus: Claro es que habría que instalarlo, si no cómo te vas a reír de ello.
Maje: Por eso Leo Harlem lo hace muy bien. Yo recuerdo uno de que había ido al gimnasio y se había comprado un chándal de brillo, de rapero, porque le salía más barato que era buenísimo porque era cierto que la gente iba así. Habla de lo que él ve, porque él trabajaba en un bar, imagínate la de cosas que ha visto ahí.