Selva Delgado apenas leía novelas y mucho menos poesía, pero un día encontró unos poemas en los que se vio identificada y empezó a leer. Con la pandemia y tanto tiempo libre de por medio, la lectura fue una forma de matar el tiempo, hasta que en 2021 decidió dar el paso y publicar su primer poemario titulado La amalgama de nuestras inquietudes y nuestras ganas revolucionará el mundo. Desde entonces no ha parado de escribir porque, como ella misma explica, tenía muchas cosas que soltar.
El año pasado la perdida de un ser querido cercano la llevo a escribir su cuadernillo Los monstruos acudieron a por mí. Les ahuyenté con versos, que le ha servido de apoyo para el proceso psicológico en el que ahora mismo está. Asimismo, a finales de 2022 lanza su segundo poemario, La casualidad es un excelente imprevisto… pues cada casualidad es una oportunidad extraordinaria para despertar la curiosidad, en el que habla de gran variedad de temas y con el que pretende dar visibilidad a los derechos de las personas vulnerables.
Desde Burgos Moderno hablamos con Selva Delgado sobre cómo se convirtió en poeta, su forma de entender la poesía y cómo escribir ha sido un proceso liberador.
Hace años apenas leías, pero decidiste cambiar este hábito y lanzarte a ser poeta, ¿qué te hizó cambiar para empezar a leer y llegar a publicar tres libros en dos años?
Principalmente que leí ciertos libros de poesía que igual ahora mismo no me llaman tanto la atención como me llamaron en ese momento, pero era poesía fácil de entender y vi que me llenaba y me gustaba. A mí nunca me había gustado leer, ni novelas ni nada, no me había llamado la atención. Poesía tampoco, porque en el instituto y en el colegio te lo meten con calzador y dices: “no, no me gusta”.
Estuve cuatro años leyendo poesía y en la pandemia teníamos tanto tiempo libre que me compré unos cuantos libros y ahí es cuando me vino el gusanillo de probar a ver si yo sabía escribir y ver qué pasaba. La verdad, fue todo rápido, en mi vida pensaba yo que iba a escribir poesía.
¿Qué ha significado para ti escribir poesía?
Para mí ha sido un canal para expresar todo lo que yo siento y todo lo que pienso que no soy capaz de decir hablando contigo o con otra persona, o mi opinión sobre ciertos temas que igual me cuesta expresar en una conversación normal. Ha supuesto quitarme un peso de encima.
¿Es liberador?
Sí, es un ejercicio muy liberador. Además no te lo tomas como si fuera un trabajo porque te gusta. Sale todo muy natural y te sientes bien por dentro, que más puedo pedir.
Los títulos de tus poemarios son bastante largos, por ejemplo, el último se titula ‘La casualidad es un excelente imprevisto… pues cada casualidad es una oportunidad extraordinaria para despertar la curiosidad’, ¿estos títulos son un poema en sí?
A mí siempre me gusta que la gente que compre mi libro o que vea mi libro en las bibliotecas le llame la atención desde el título, que le haga reflexionar. No pretendo que sea un poema, pero sí algo que le haga mirarse por dentro y que le haga preguntarse: “¿qué pienso yo de esto?” y luego ya que se ponga a leerlo. Creo que es una seña de identidad.
En tu poesía tratas temas diversos, desde temas sociales a personales, ¿qué te inspira para escribir?
Yo siempre he tenido especial inquietud por la erradicación del racismo, la homofobia y todo lo relacionado con defender los derechos de todas las personas. Creo que todos tenemos que tener unos derechos y hay ciertas personas que todavía a día de hoy no tienen los mismos que nosotros. O como yo que soy hetero y blanca.
Me gusta la idea de revindicar ciertas cosas que me queman por dentro y digo: “¿por qué pasa esto en el mundo?”. Quizá también otras cosas que me incumben a mí de forma más personal. Me gusta revindicar lo que veo que está un poco mal en el mundo. Al final te inspiran noticias, el día a día, lo que ves.
¿Crees que los poetas deben ser cronistas de su tiempo?
Yo creo que sí. Si ves que hay injusticias o cosas que se deben cambiar, debes mojarte en tus poemas y precisamente la poesía te da la licencia para ello. Para decir ciertas cosas que no te atreves cara a cara con alguien. Entonces yo creo que sí.
¿Crees que es un “arma” en cierta manera?
Sí, yo pienso que sí. Te tienes que atrever a decir cosas que no dirías en tu día a día porque igual te dan de hostias. Pero, un poema siempre lo puedes hacer más “bonito”.
También, como soy integradora social, siempre me ha llamado la atención este mundo de velar por los derechos de todos. En mi poesía se ve que está todo eso.
En tu cuaderno “Los monstruos acudieron a por mí. Les ahuyenté con versos” hablas sobre el duelo de la pérdida de un ser querido, ¿qué supuso es libro para ti?
Yo estoy en un proceso psicológico y no me da vergüenza decirlo, pero igual hay gente que le da vergüenza o no da el paso. Yo lo digo para que esa gente dé el paso y se atreva, porque todos tenemos algunas veces problemas que no podemos solucionar por nosotros mismos y por los que tenemos que acudir a un profesional.
Este cuadernillo me ha ayudado durante el proceso, parte de él, para sanar ciertas partes de mí que estaban dolidas. La verdad que son poemas que a día de hoy puedo leer de una manera más reconciliadora. Antes me dolían muchos o todos, pero ahora mismo los veo con un poco más de distancia. Te sirve a ti misma para ver que has evolucionado bastante durante el proceso. Los poemas me sirvieron para canalizar todo aquello que yo no sabía canalizar de otra forma. Dije: “lo voy a escribir, a ver”.
Me está sirviendo y a la gente también le está sirviendo porque me escriben porque les ha pasado algo similar. Es genial que la gente te escriba, te cuenten su experiencia y hay feedback.
¿Crees que la poesía o la cultura puede salvar vidas?
Tanto como salvar vidas yo creo que no, eso es algo muy grande. Pero, en cierto modo, puede hacer que la persona se sienta mejor dentro de lo que este pasando por su interior. Que se sienta mejor sí, porque el arte y la cultura te genera diversas formas de expresión, que cada uno elija la suya.
Yo siempre digo que las cosas que tenemos dentro hay que sacarlas, que luego explotas y no es lo mejor que te puede pasar.
Has participado en micros abiertos, recitales y compartes tus poemas en redes sociales ¿crees que un poeta debe tener esta vertiente de intérprete?
Yo al principio decía: “No me subo a un escenario ni aunque me maten”. Porque yo tenía mucho miedo escénico y a hablar en público. A mí me ha servido para perder ese miedo.
Así que yo creo que sí. Lo que llama a la gente la atención y lo que hace que la gente compre tus libros es verte a ti, ver a la persona cómo se expresa y lo que tiene dentro. Al final estás diciendo muchas cosas sobre ti en los poemas y creo que es necesario hacer presentaciones. Luego según vas haciendo más, vas cogiendo el gusto y no puedes vivir sin ello.
Hace dos meses publicaste tu último poemario, pero supongo que sigues escribiendo, ¿estás preparando nuevos proyectos?
Acabo de escribir este, pero alguien que escribe, sobre todo poesía que es más visceral, nunca puede dejar de escribir. Yo tomo apuntes por cada cosa que veo por la calle y digo “de aquí puedo salir un poema”. No sé cuando saldrá otra cosa, pero siempre hay poemas de reserva. Mi día a día es observar el mundo y ver si de esto puedo sacar un poema o de esto no.
Selva Delgado sigue escribiendo inspirada por el día a día y luchando contra las injusticias sociales a través de sus versos y, según nos dijo después, espera sacar este 2023 su próximo libro con el que pretende cerrar un ciclo en el que necesitaba soltar todo lo que llevaba dentro. De momento, puedes adquirir sus poemarios a través de su Instagram o encontrarlos en varias librerías y bibliotecas locales.