Laura del Val dio un salto al vacío tras la pandemia y dejó su puesto en un bufete de abogados internacional para dedicarse a la comedia. Durante este tiempo ha tenido que tirar de ahorros para poder cumplir su sueño de ser guionista y cómica en Madrid. Recientemente, dio un paso más y estreno su primer show De Burgos también se sale en el Golfo Comedy, uno de los locales de referencia de la escena madrileña.
Tras aparecer en Cuerpos Especiales de Europa FM y pedir al alcalde que deje de traer a los mismos cómicos de siempre y que la haga pregonera, este fin de semana regresa a Burgos para presentar su nuevo proyecto, Vermú Comedia. Con esta iniciativa pretende dar un empujón a la comedia de Burgos trayendo dos cómicos al mes a The Golden Garden.
Desde Burgos Moderno hablamos con Laura del Val sobre esta nueva iniciativa, todo el proceso que ha conllevado cambiar la abogacía por los escenarios y sobre la situación de la comedia en Burgos.
Eras abogada en un bufete internacional y de repente un día decides pedirte una excedencia, dejarlo todo y dedicarte a la comedia, ¿cómo tomas esa decisión de lanzarte al vacío?
A mí la pandemia me ayudó mucho. Es verdad que la pandemia ha tenido sus cosas buenas y sus cosas malas, pero en el trabajo al que yo me dedicaba hubo un nivel de curro y de estrés muy alto, porque yo me dedicaba al mundo de la movilidad internacional. Estaba todo el mundo en todos los países del mundo parado, atascado, regulación quieta, pueden salir, no… y no había precedentes, entonces no sabías como hacerlo. La gente me decía: “bua, yo no he trabajado durante la pandemia” y yo trabajé a un nivel infernal. También era curioso porque tenías el chip pandemia y era como “son las doce de la mañana, da igual, voy a tomarme un botellín de cerveza porque total no voy a poder salir y esto ya lo digiero mejor”.
Yo había empezado con la comedia en noviembre de 2019 cuando monté un micro-abierto porque no era nadie y no me daban huecos, esto es una realidad. Y nos duró 3 meses porque vino la pandemia, se cerró y hasta luego.
Cada vez me gustaba más subirme al escenario, lo disfrutaba mucho y era muy difícil compaginar mi trabajo de abogada con esto que al principio era un hobby, pero que ya no sentía como un hobby. Me dije “ya he probado la abogacía, valgo, lo tengo ahí, funciona y siempre si va mal puedo volver, pero quiero intentarlo porque sino siempre voy a tener la cosas de ‘y si lo hubiese hecho'”.
Entonces durante el año de la pandemia ahorré mucho dinero y también adelgacé mucho porque era mucho trajín ser abogada y actuar a la vez. Así que en junio dije “lo dejo y apuesto por la comedia”.
Un año parece mucho tiempo, pero es muy poco tiempo, sobre todo en el mundo artístico que es una carrera más de fondo. Entonces empecé a probar a subirme a escenarios, tuve un show de comedia con Patri Muñoz en el Golfo Comedy, que es uno de las salas de referencia de la comedia madrileña, y poco a poco fui a más.
Recuerdo que empecé 2022 actuando en Granja de Iniesta, un pueblo de Cuenca, en un espacio para 300 personas y había solo 11 personas. Así que mierda mucha.
Claro, todos los inicios son así.
Sí, también en una hamburguesería uno del público se engoriló. Además, estuve en un concurso de comedia… Es muy importante salir de Madrid, porque Madrid está muy acostumbrado a la comedia porque hay mucha oferta.
Eso te curte, ¿no?
Sí, un montón y tienes que hacerlo. Lo mismo que si eres músico o actor. No es lo mismo actuar para el Wizink Center, que para las fiestas del pueblo de Tardajos.
¿Es más complicado Tardajos?
Es mucho más difícil. No te van a escuchar o te van a gritar: “¡Cambia la canción!”. Pues esto en comedia es un poco parecido.
Me lancé para probar y estaba en un momento que si volvía a mi trabajo, no me daba tiempo porque estaba empezando. Así que hable con mi empresa, en ese momento estaba justo de guionista en El Intermedio hasta que terminó la temporada, y la empresa se quedo como muy a cuadros diciendo “espera que has dejado esto para ser guionista y cómica”. Así que me dijeron que cuando quisiera podía volver, que tenía las puertas abiertas. Porque no me estaba yendo a otra empresa o a otro sitio… porque como estaba loca o no estaba bien de la cabeza, pues no había problema.
¿Es fácil vivir de la comedia?
No, no es fácil. A día de hoy yo no vivo de la comedia. Vivo de la comedia y de ahorros que tengo. Hay meses que me va guay y puedo vivir de la comedia y hay otros que no me va tan bien, y no. Porque dependes de las contrataciones, de los bolos, de todo… Así que hasta que no tengas un nombre más conocido o seguidores en redes, es difícil.
Lo bueno que tiene ahora las redes es la posibilidad de que te conozca mucha gente. Lo malo que tiene es que es una competencia enorme así que crear contenido que guste y que se viralice es complicado.
Si alguna persona está decidiendo dar el salto que yo he dado, le diría que se hiciera un plan de carrera en 5 años por lo menos, en el que tengas claro que necesitas tener ahorros o un trabajo que no sea tan agotador mentalmente. Si tienes un trabajo de media jornada de lo que sea, luego lo puedes compaginar. Pero si tienes un trabajo de ocho horas que luego son dieciséis es imposible compaginar.
Todos o todas las que tengan la curiosidad o ganas de hacerlo, sí hazlo, pero plantéatelo bien. Porque al no tener una estabilidad económica sufres mucho, te genera mucho estrés y mucha movida. Y esto cuando eres artista o creativo, te puede bloquear mucho.
El 18 de diciembre estrenaste tu show ‘De Burgos también se sale’, ¿cómo nace este show? ¿Y por qué este nombre?
El nombre es lo que más me costó. Fue lo último que elegí. Tenía toda la estructura de los bloques que tengo y era un manera de salir un poco de los estereotipos que tenemos en la cabeza con muchas cosas.
A mí me gusta mucho el humor friccionado en el que vas, por ejemplo, a una farmacia a comprar ibuprofenos y a través de eso inventarme una historia de comedia, que a mí no me ha ocurrido, pero el público puede sentirse identificado.
De Burgos también se sale es un poco esa idea de salir un poco de lo convencional. Burgos sorprende que pueda ser gracioso, porque se tiene un estereotipo muy frío, muy castellano, muy serio. Y también como gancho, porque yo no tengo conocimiento de cómicos y cómicas de Burgos, que los habrá y puede que estén ahí en Madrid.
El título me vino porque en uno de los bloques del show tengo una historia con una bicicleta, mi cartel es con una bicicleta saliendo y en un espectáculo de un compañero… se me ocurrió.
Burgos es un tema recurrente en tu comedia y ahora has montado aquí ‘Vermú Comedia en The Golden Garden, en el que el tercer sábado de cada mes traes dos cómicos a Burgos. ¿Cómo surge este proyecto?
Este proyecto surge porque yo actué en The Golden Garden y fue muy guay. Porque no dejo de ser yo de Burgos y tienes cuadrilla que van avisando, hablan con uno, hablan con otro y se va llenando. Al final, la gente lo consume.
Al actuar allí, aparte de gente que conocía, había gente que no conocía, que era público real que dijeron “nos gustó esto y dijimos pues venga, pues vamos”. Y la gente necesita mucho reírse y todo el mundo quiere comedia y es muy agradecido el público.
Al final el mundo de la comedia es muy pequeño y yo en Madrid conozco a muchos compañeros cómicos y cómicas y les dije: “¿Por qué no hacemos un vermú comedia a esta hora? Que es una hora cómoda porque vas y luego te vas a comer o de pinchos. Y es un plan que puede funcionar y yo te traigo compañeros que están en Madrid. Así también promocionamos la cultura aquí”. Entonces un fin de semana de cada mes me traigo un par de compañeros de Madrid, así se conoce un poco más la ciudad y si va funcionando cada vez será más grande.
¿Puedes decirme algunos de los siguientes?
Todavía no puedo. Tengo un par por ahí confirmados, pero no puedo decirte nada.
En Burgos en la escena musical hay micros-abiertos, festivales organizados por los propios grupos, conciertos, pero en comedia no existe ni un micro-abierto ni nada similar, solo esta iniciativa que has montado tú, ¿por qué crees que en Burgos no pasa lo mismo con la comedia? ¿Es por que no hay cómicos?
No lo sé. Yo no creo que sea porque no hay cómicos, yo creo que sí los hay. Lo que creo que pasa es que la comedia es algo que todavía no está tan interiorizado como algo artístico. Yo creo que todavía se tiene un poco en la cabeza el que son cuatro chistes y ya está, el gracioso del grupo… y tiene mucho trabajo detrás.
Que tú te rías con una historia o con un chiste, es algo que lleva mucho trabajo y que se ha hecho de tal manera para que haga risa. Yo creo que sí que hay gente, lo que pasa es que no se potencia. Antes sí que había espacios donde probar micro. Luego no sé, si yo viviera en Burgos e hiciera un micro-abierto, si la gente se animaría.
Quizás aquí sería bueno empezar con cursos de comedia, que la gente lo pruebe y que vean qué es eso de subirse al escenario. Porque subirse al escenario es algo que la gente de primeras no se atreve.
Luego una vez que subes te pica el gusanillo.
Claro. Creo que en el caso de la música es algo que está muy interiorizado. Todo el mundo alguna vez se ha imaginado ser ese bajo y tocar, o ser ese cantante. Yo es que canto fatal, tengo un oído horrible y entonces me salió está vena.
Yo creo que eso es lo que pasa con la comedia, que no está interiorizada como algo tan artístico.
En ‘Cuerpos Especiales’, de Europa FM, le dijiste al alcalde de Burgos por un lado que te hiciera pregonera y, por otro, que dejara de traer siempre a los mismos ‘señoros’ cómicos, ¿crees que la comedia en Burgos se puede potenciar más por parte de las instituciones?
Muchísimo más, pero es que no se potencia. Hay unas partidas presupuestarias de cultura, tienes artistas locales, haz propuestas. No sé, yo no veo que se abra un concurso de propuesta cultural de esta fecha a esta otra para lo que sea y que se presenten proyectos. Lo que sí que hay es el Concurso de Monólogos de Caja Rural, que empezó hace cuatro años y es algo que antes no había.
No sé, yo cada vez que veo los carteles de Flo, Mota, Santiago Segura, que creo que han venido dos o tres años seguidos, es un poco “¡basta ya!”. También son las promotoras las que lo hacen, lo mueven. Pero, creo que es importante que desde las instituciones y los ayuntamientos sean ellos los que digan: “Las fiestas de Burgos son tal día, manda tu propuesta”.
Al final hay espacio para todo el mundo.
Claro, es ir probando. Ya sé que lo seguro es lo otro, pero hay que arriesgarse también un poco.