Fotografía de Andrés Velayos
Natural de Aguilar de Campoo, pero con más de 20 años de residencia en Burgos, Quique Méndez, conocido en el mundo artístico como Jean Philippe Kikolas, nos confiesa que siente Burgos como su casa. Ha actuado por toda Europa, sin embargo, reconoce emocionado la ilusión de haber estrenado su nueva obra en el Festival Escena Abierta el pasado enero, rodeado de amigos, vecinos y familia.
Se trata de Duelo, un circo-teatro poco clásico, para público adulto y que trata el tema de la muerte con un lenguaje muy clown y alta carga de emoción. La asistencia (completa durante las cuatro funciones que tuvieron lugar en el festival), confirma el éxito de este nuevo espectáculo, recompensando el cuidado trabajo de todo el equipo.
Desde Burgos Moderno hablamos con él para que nos cuente cómo ha vivido el estreno de Duelo, el sitio que ocupa el circo en la cultura y cómo fueron sus orígenes en el mundo artístico.
Has hecho espectáculos en España, Portugal, Países Bajos, Bélgica… numerosas zonas. ¿Cómo ha sido presentar ‘Duelo’ en Burgos, en casa?
Es muy especial, el espectáculo lo hemos creado aquí íntegramente, en Burgos, en la Parrala y poderlo representar por primera vez delante de familia, vecinos, amigos, compañeros, que ha habido muchos… Es muy especial para nosotros.
Ha tenido muy buena acogida además.
Muy buena, sí, sí. Ha venido mucha gente de la ciudad. También ha venido gente de fuera, profesionales que conocen a la compañía y querían ver de primera mano el espectáculo. La verdad que los feedbacks no podían ser mejores, estamos muy contentos.
¿De dónde surge la idea de crear este nuevo espectáculo?
Poco antes de la pandemia, Alejandro Brito y yo, que somos muy amigos, empezamos a hablar de la idea de la muerte como una posibilidad para un nuevo espectáculo que queríamos hacer juntos. Luego llegó la pandemia y nos lo volvimos a cuestionar, pero seguimos adelante.
Después, ambos, tanto él como yo y mucha más gente, sufrimos pérdidas muy cercanas y esto también transformó un poquito la idea en la que queríamos hablar de la muerte. Y todo nos ha llevado a esto, a Duelo, que es la obra que hemos planteado finalmente.
Al hilo de esto, tengo entendido que han sido más de dos años de producción y que os pilló la pandemia en medio. ¿Cómo ha sido la preparación?
Claro, empezamos en agosto de 2019 a ver esta idea y escribir sobre ella, y en febrero del 2021 fue la primera residencia que hicimos todo el equipo de trabajo, duró un mes o mes y medio y empezamos a poner ahí las bases.
Luego a lo largo de esos dos años hemos ido haciendo, cada cuatro o cinco meses, esas pequeñas residencias que llamamos, de mes y medio o dos meses de trabajo, y hemos ido afrontando diferentes tareas. Mucho trabajo de local nuestro, investigación, búsqueda… y luego siempre, en cada una de esas residencias, hemos mostrado delante de un público. Un público cercano, amigo, que nos iba dando sus impresiones, sus pistas… Si íbamos por buen camino, o no.
Lo iban alimentando, ¿no?
Eso, sí. De alguna manera creemos que el público, y más en una obra como esta que es muy clown, se construye mucho con la energía del público. Estas cuatro funciones han sido mágicas porque das pasos de gigante en cada función comparado con un ensayo.
Apostáis por los espectáculos en carpas, domos, experiencias inmersivas… Sin embargo no venís de las familias clásicas de carpas de circo. ¿Por qué elegís estas opciones?
Yo soy artista de circo, el circo siempre me ha enamorado y fascinado. Para mí lo que se genera dentro de una carpa, de un espacio escénico propio, es muy diferente a lo que se genera en la calle o en un teatro.
Trabajar tan cerca del público es muy gozoso, tanto para el público como para mí, para todos. Nos vemos los ojos, nos sentimos respirar y para mí es otra experiencia, es un valor añadido que se le da a la creación. Llevo años en este camino trabajando con mis gradas, con mi carpa y espero seguir en él. No vengo de familia, pero también lo estoy aprendiendo, ¿no? No vengo de familia de teatro tampoco y lo he tenido que aprender, así que aprenderemos.
¿Crees que el circo sigue teniendo espacio en la cultura?
Sí, mucho, mucho espacio. Cada vez está tomando un poquito más voz a nivel general en España. En Europa ya nos lleva unos años de adelanto. Pero, en España está teniendo un tirón muy grande y es evidente.
Los espectáculos de circo están llenos, están muy dirigidos a todos los públicos también, muchos al público familiar. Duelo es para adultos, precisamente por este otro reto de mostrar el circo de otras maneras, no como estamos acostumbrados. Sí, evidentemente el circo sigue en una extensión muy bonita, que espero que continúe.
Hablando de que es un reto, llama la atención cómo transmitís todo sin palabras. Esto ha sido un desafío para tu compañero de interpretación, Fran de Benito. ¿Ha supuesto un reto en general este espectáculo?
Este espectáculo es un reto en muchos aspectos. Estamos haciendo un espectáculo en carpa en un país en el que no hay giras, no hay circuitos que contraten un espectáculo con carpa. Estamos haciendo un espectáculo para adultos en un país donde no se entiende todavía que un espectáculo de payasos no sea para niños. Estamos haciendo un espectáculo hablando de este tema tan delicado sin utilizar la palabra…
. Porque tengo que decir menos cosas, el público me ayuda a completar esos mensajes. No soy yo el que tiene que dar ningún mensaje, simplemente tengo que mostrar unas cartas y el público juega y cada persona del público agarra lo que quiere y se lo lleva a su terreno. Esto es lo que a mí me gusta de trabajar sin la palabra.
También destaca mucho la escenografía, vestuario, iluminación… impecables. Recuperáis clásicos del circo como el lanzamiento de cuchillos, el trapecio Washington o el equilibrio con cañas. Cuéntame cómo surge incluir estas técnicas clásicas en un espectáculo que no tiene mucho de clásico por lo que me cuentas.
Sí, no tiene mucho de clásico… A mí me gusta mucho jugar. Me gusta mucho mi oficio, que es jugar, y juego mucho con distintos elementos.
El trapecio Washington llevo unos años dedicándole tiempo, a los cuchillos también, y cuando empezamos a escribir esta historia veíamos que este equilibrio de cañas, que es una técnica que yo conocía, pero nunca había desarrollado, fusionaba muy bien con lo que queríamos contar. Nos cuadraba con la manera en la que queríamos narrar parte del espectáculo, por la paz e inquietud que nos da. Fue entonces cuando me puse a trabajar en él. El resto ya los traía un poquito de tiempo atrás, pero ese número en concreto lo empezamos a trabajar para este espectáculo.
Los cuchillos también nos ayudan mucho a contar la historia. Es un arma, tiene cierto grado de violencia, de miedo… y el trapecio Washington nos daba la idea del reloj, del equilibrio y son técnicas que al público le piden un poco mantener la respiración. Mantienen esa parte de dramaturgia, nos ayudan mucho a narrarlo, aprovechándonos de las técnicas de circo que es como como a mí me gusta incluirlas.
Defines este espectáculo como “más poético, contemporáneo y diferente a todos los demás que has hecho”. Y además de todos los retos que ha supuesto también ha sido un dúo. ¿Estás explorando nuevas vías de creación? ¿Te sientes cómodo en estas nuevas áreas?
Me gusta mucho trabajar solo. Me encanta trabajar solo, pero me gusta mucho mi trabajo, me gusta mucho jugar y este es un juego más. Ya te digo que es todo un reto de espectáculo, no sabemos dónde va a llegar, dónde nos va a llevar… pero ahora mismo yo, en cierta manera, sentía la necesidad de ello, de hacerlo. Las lógicas comerciales dicen que no debería haberlo hecho, pero yo necesitaba hacerlo y hacerlo con Fran, con Alex y con todo el equipo ha sido maravilloso, con lo cual no lo cambio.
¿Quiénes son tus referentes y cuánto tomas de ellos? Es algo que conocemos en otros ámbitos de la cultura, como en la música, pero no en el teatro y mucho menos en el circo.
Claro, ese es uno de los problemas que tenemos, que no tenemos esa cultura del espectáculo tan grande como la de la música. Referentes tengo muchos, por suerte muchos son compañeros de trabajo a los que admiro. Por decirte algún nombre, te puedo decir James Thierrée, el nieto de Chaplin. Es una persona que crea unos espectáculos muy completos y maravillosos.
Para este espectáculo en concreto, hay muchas referencias. Luis Sáez, el pintor burgalés, es una gran referencia para la obra. La Divina comedia de Dante también ha sido una gran referencia. Para mí es lo bonito de estos procesos tan largos, que hay muchísimas referencias y no solo vienen del circo. Mucho viene de la pintura, mucho viene de la música también…
Clásicas y actuales ¿no?
Clásicas y actuales, correcto. Hay muchas referencias en dos años, llegando, yéndose… La danza de la muerte por ejemplo, que existía en la Edad Media y se ha perdido, “no está en el espectáculo”, el público no la ve, pero está. Vino un amigo historiador que lo vio y me dijo: “Guau, la danza de la muerte”. Hay muchas referencias a la hora de crear.
Lo que decías, cada persona del público coge su trocito del espectáculo.
Exacto. A la vez hay mucho personal, es un espectáculo muy personal en el que hemos tratado este duelo de la manera en la que a nosotros nos ha tocado. Para mí eso es crear un espectáculo, mezclar todas esas referencias propias y ajenas y plasmarlas en otro en otro puzle.
¿Siempre has tenido claro que querías dedicarte al teatro y al circo? ¿Cómo fueron los inicios?
Comencé a los 22 años. Nunca antes había tenido ningún contacto. Nunca tuve claro a dónde iba a llegar, simplemente me lo estaba pasando bien y continuaba. He aprendido un poco de manera autodidacta. Intenté formarme, pero no me fue fácil en su época. Así que empecé a trabajar y a trabajar y a trabajar, y a tomar todos los cursos que he podido. Luego también me han ayudado las tablas y las actuaciones. Los bolos son los que me han traído hasta aquí, yo creo.
¿Qué le dirías a los niños o jóvenes que quieren ser actores de teatro o artistas de circo?
Que alimenten esa pasión con todo lo que puedan. Con más arte en otros ámbitos, con su propia formación, con ver… hay que ver mucho teatro y mucho circo si te apasiona. Les diría que vivan la pasión a tope.
¿Es complicado trabajar de esto?
Sí, es complicado, pero también es complicado ser periodista, también es complicado ser abogado… Yo creo que, si alguien tiene una pasión debe peleársela un poquito.
Para terminar, cuéntanos dónde vais a actuar próximamente y si podremos veros en Burgos de nuevo.
Podréis vernos en Burgos por supuesto, no sé cuándo, pero claro que repetiremos. Próximamente tenemos varias citas en Alicante y Navarra en febrero. En mayo, que es cuando comienza nuestra temporada, tenemos un par de viajes a Portugal. Alemania también… bueno, todavía estamos ahí configurando un poco la gira.
Y Duelo lo mismo, todavía no tenemos fechas de Duelo, pero sí que ha habido varias personas que han venido a verlo y se han interesado por ello. Aún no hay nada cerrado, pero confiamos, porque con este estreno magnífico que nos tiene muy contentos seguro que tenemos una buena temporada.
Con una extensa trayectoria en teatro y numerosos proyectos a sus espaldas, Quique Méndez seguirá moviéndose con su Carpa Domo a cuestas para llegar a cada rincón en el que quieran disfrutar de su poesía en movimiento.
Puedes consultar las próximas fechas de Jean Philippe Kikolas en su página web.